Suspirar, anhelar y esperar...
El viernes 18 y el domingo 20 de mayo, la Ópera de Tijuana presentó la producción de Madama Butterfly, la magistral ópera en 3 actos del maestro Giacomo Puccini.
Lo
destacado de esta puesta en escena es que todos los solistas fueron bajacalifornianos, a
diferencia de otras presentadas anteriormente, lo cual nos habla del desarrollo
que ha tenido el bel canto en nuestra región y nos permitió presenciar una
producción completa con cantantes profesionales originarios de las diferentes
ciudades de nuestro estado, que han salido de su ciudad natal para prepararse,
y ahora regresan para ofrecernos la interpretación de su personaje en Madama
Butterfly.
El
elenco estuvo compuesto por la soprano María Lozano quien le dio vida a la desventurada Cio cio-san;
la mezzo-soprano Ana Laura Rojas, interpretando a Suzuki la fiel doncella de Cio cio-san, el tenor Andrés
Carrillo como el Teniente B.F. Pinkerton, y el barítono Emmanuel Franco con el papel del cónsul Sharpless, entre otros destacados artistas. La
dirección escénica estuvo a cargo de José Medina, director artístico de Ópera de
Tijuana.
La música quedó a cargo de la Orquesta de Baja California bajo la batuta
de la Mtra. María Teresa Rodríguez, directora invitada, y del Coro de la Ópera dirigido
por Rubí Ramírez. La escenografía es de Claudio Hanczyc, la iluminación de Iván
Dorado, y el vestuario que fue facilitado por el Instituto de Cultura de
Sinaloa.
La
música de Madama Butterfly es de una belleza incomparable, que aunada al bel canto nos transmite la trágica
historia de amor de la tierna Cio cio-san, una jovencita de 15 años, enamorada del Teniente Pinkerton; el cual no duda en casarse con la hermosa geisha a cambio de obtener sus favores, sin considerar los sabios consejos del viejo consúl, que le advierte que la chica va en serio.
Como espectadora de esta obra magistral, y arrullada por los suaves murmullos que interpreta el coro en el aria final del segundo acto; viendo como Butterfly se aferra a la imagen y al amor que siente por Pinkerton, no pude dejar de pensar en que todos, alguna vez, hemos sentido que nuestros anhelos viajan muy lejos de nuestro corazón añorando la presencia del ser amado; aferrados a las dulces y perfectas últimas palabras escuchadas, incapaces de movernos del sitio por el que suponemos llegará el objeto de nuestro deseo.
El amor de Butterfly es pleno, total, avasallador; pero incapaz de hacer volver a su hombre; impotente para retenerlo; imposibilitada para llamarlo; ciega y sorda ante los vaticinios, las burlas, las miradas y los reproches de los demás; valiente y necia; inocente y audaz. Es una mujer que espera frente a un puerto al que no llega el barco con la bandera correcta; y que cuando llega sólo le trae muerte, dolor y deshonor.
Drama
lleno de situaciones que tocan el corazón de los espectadores, y que poco a
poco nos va llevando al doloroso final, cuando Butterfly se despide de su hijo, su más caro amor y nos canta: “Con honor muere, quien no puede vivir con
honor…”
Fotografía tomada por Leonardo Cruz Barrón