domingo, 24 de julio de 2011

La mujer que cayó del cielo

Una mujer con ropa rara, unos migras, una lengua muy extraña. Un país que se abraza a sí mismo y se autoproclama paladín de los derechos humanos; es nuestro vecino todopoderoso, a veces "amigo", casi siempre un conocido rico, déspota e intransigente.

Esta historia, escrita por el dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda y dirigida por Ramón Verdugo, nos proporciona un espacio entrañable para reflexionar sobre la terrible realidad de la incomunicación, de nuestra incapacidad de comprender lo que no es como yo; lo ajeno, lo otro.



Decía el filósofo Ortega y Gasset: "yo soy yo y mi circunstancia", en ese contexto cada personaje se nos presenta como un actor que hace lo que considera correcto; nuestra protagonista, una mujer extranjera se topa con unos hombres incapaces para entender lo que dice; además de que no hay ningún interés por hacerlo; porque ella es sólo un alien más: sin nombre, sin nacionalidad: sin identidad. Está en una realidad total y absolutamente extraña a lo que ella es.

La puesta en escena logra recrear una atmósfera que retrata el encierro, la desolación y la desesperanza. Los elementos que la componen son austeros, pero poderosos, los recursos son aprovechados en un grado sumo; la iluminación es casi un personaje, el manejo de la luz y la sombra puede hablarnos del ánimo de lo que sucede sobre el escenario.



La mujer que cayó del cielo es una producción realizada por El Cuarto Colectivo, con el apoyo del Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico de B.C., 2010-11. En ella actúan Véronica Ponce, quien le da voz -de manera magistral y conmovedora- a Rita; Jesús Quintero, representando a Ginger; Cristobal Dearie y Adolfo Madera, le dan voz primero a los policías y posteriormente a los doctores y por último Eduardo Corpus quien además de musicalizar con la guitarra, representa a un amigo; cada uno de ellos le da verosimilitud a la historia.

La temporada en Las Tablas está por concluir, ojalá vayan a verla, ir a ver teatro es una posibilidad de soñar, de imaginar, de jugar. Para más información y reservaciones http://www.tijuanahaceteatro.com/

"El hombre que no sueña se queda pegado a la tierra". V.H. Rascón Banda, La mujer que cayó del cielo.    

viernes, 22 de julio de 2011

Estrenando blog

La Ópera de Tijuana va a estrenar proyecto, este año empezamos el Programa Escolar La Ópera va a la escuela.

La presentación del programa será en septiembre, haremos mucho ruido, queremos que todos los directivos y maestros nos ayuden para que todos los niños conozcan la ópera, que aprendan a entenderla y por qué no, a disfrutarla. Nuestro programa iniciará con un repertorio pequeño pero de mucha calidad que busca llegar al mayor número de los planteles escolares.

La ópera es un género que da para mucho, tiene en sí mismo prácticamente todas las disciplinas artísticas: la música, el teatro, las artes plásticas, la danza y la arquitectura. Es un espectáculo que deleita nuestros sentidos; sus historias tocan casi todo el abanico de los más nobles sentimientos, las más apremiantes y a veces bajas pasiones humanas: el amor y el odio, la fraternidad y el egoismo, la mentira y la honestidad, la avaricia y la generosidad, la soberbia y la humildad,  la lujuria y la continencia, la envidia y la templanza.

El arte es una puerta, si la atravesamos podemos sublimar la violencia, los celos y las traiciones a través de las trágicas historias que la ópera toma de pretexto en sus dramas tan conmovedores; también podemos confrontar nuestra estúpidez riéndonos de las situaciones rídiculas que se nos presentan a través de las óperas bufas o las sátiras cómicas.

Los libretos que se eligen para las óperas  pueden representar en escena y con la más bella música, desde la más dulce escena de amor, hasta el más atroz de los asesinatos.

Amo la ópera por todo lo que me da: su música, los hermosos vestuarios, las maravillosas escenografías, el imponente escenario con sus grandes telones, sus luces y sombras.

La magia del teatro unida a las melódicas voces de cantantes increíbles que alcanzan tonos inimaginables nos pueden llevar a recrear una cantidad infinita de mundos posibles -o imposibles, eso es lo de menos-, a veces muy parecidos a los que ya hemos visitado; pero en otras ocasiones podemos visitar sitios intransitados de nuestra imaginación, y eso es un regalo escencial para el alma de todos.