"Barbie girls" es una obra que narra la historia terrible de tres amigas: Chiquis, Bibi y Nené; mujeres que compartieron la infancia y la adolescencia, dramas y complicidades, carencia de cariño y exceso de cosas materiales. Educadas en colegio de monjas con padres que son figuras lejanas, idealizadas y añoradas.
Chiquis, Bibi y Nené son mujeres-niñas; a veces vírgenes y a veces prostitutas cuya sexualidad aparece como un monstruo que se alimenta de secretos y pasiones oscuras; con un corazón ingenuo y perverso comprado en un centro comercial con tarjeta de crédito y puesto en una linda bolsa, que además contiene cupones que prometen sueños irrealizables y venganzas de agravios ajenos que salen mal.
Mujeres-niñas incapaces de saber sobre sí mismas, pseudoprofundas en sus pensamientos; imposibilitadas para escuchar a la otra. Tienen amigas para usarlas como espejos, como reflejos que les recuerdan todo lo que no son y todo lo que no tienen; lo que añoran y no saben; porque son incapaces de ver en el fondo de sus corazones, porque si se atrevieran a hacerlo correrían el peligro de quedar petrificadas ante la vacuidad que hay dentro.
En cada uno de los personajes que desfila ante nuestros ojos, nos topamos con una muñeca con un lindo vestido, lindos zapatos y lindo peinado; acomodada dentro de su cajita rosa, con todo y código de barras. Vemos mujeres petrificadas ante el vacío; un vacío profundo, hondo e inabarcable; la dramaturgia de Cantú Toscano retrata sin piedad a estas mujeres fruto de una sociedad mercantil, materialista y plástica; que viven una pseudo espiritualidad guiada por rituales que han perdido toda vigencia.
En "Barbie girls", los valores pesan, pero no se pueden hacer propios, porque no son compatibles con la vida que aparece en la revista Cosmopolitan, ni en la TV Notas, ni en los comerciales de la televisión, ni en las carteleras del cine; pero se persiguen aunque sean desconocidos como la honestidad y la mesura; o anhelados como la castidad que sirve para tratar de controlar una sexualidad cuya función es llenar un vacío de amor verdadero.
Víctor Isordia hace una acertada puesta en escena y nos presenta un escenario vacío, sólo la caja negra como escenografía y sobre él tres bellas, útiles, portátiles y conocidas cajas de muñecas que no nos dejan olvidar que las protagonistas son mujeres-niñas-muñecas-mercancías.
La actuación de Mariana Cabrera, Marcela Chávez y Kariam Valenzuela es destacada, convincente y llena del encanto que tienen a montones las "Barbie girls"; las tres logran una química exquisita en el escenario, consiguen la transformación de niñas bobas a mujeres perversas y viceversa en el transcurso de la narración. Comunican la tristeza, la estupidez, la perversión y el candor que se requiere para poder pertenecer al mundo plástico y artificioso de una sociedad que ojalá y sólo fuera una ficción.
La actuación de Mariana Cabrera, Marcela Chávez y Kariam Valenzuela es destacada, convincente y llena del encanto que tienen a montones las "Barbie girls"; las tres logran una química exquisita en el escenario, consiguen la transformación de niñas bobas a mujeres perversas y viceversa en el transcurso de la narración. Comunican la tristeza, la estupidez, la perversión y el candor que se requiere para poder pertenecer al mundo plástico y artificioso de una sociedad que ojalá y sólo fuera una ficción.
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