jueves, 15 de septiembre de 2011

Barbie girls de Mario Cantú Toscano

En Tijuana se está haciendo teatro, bastante, de diversos géneros y para todos los públicos. En agosto y en septiembre se ha presentando en diversos foros "Barbie girls" del dramaturgo Mario Cantú Toscano, producida por el grupo el Paso escénico y dirigida por Víctor Isordia.

"Barbie girls" es una obra que narra la historia terrible de tres amigas: Chiquis, Bibi y Nené;  mujeres que compartieron la infancia y la adolescencia, dramas y complicidades, carencia de cariño y exceso de cosas materiales. Educadas en colegio de monjas con padres que son figuras lejanas, idealizadas y añoradas.

Chiquis, Bibi y Nené son mujeres-niñas; a veces vírgenes y a veces prostitutas cuya sexualidad aparece como un monstruo que se alimenta de secretos y pasiones oscuras; con un corazón ingenuo y perverso comprado en un centro comercial con tarjeta de crédito y puesto en una linda bolsa, que además contiene cupones que prometen sueños irrealizables y venganzas de agravios ajenos que salen mal. 

Mujeres-niñas  incapaces de saber sobre sí mismas, pseudoprofundas en sus pensamientos; imposibilitadas para escuchar a la otra. Tienen amigas para usarlas como espejos, como reflejos que les recuerdan todo lo que no son y todo lo que no tienen; lo que añoran y no saben; porque son incapaces de ver en el fondo de sus corazones, porque si se atrevieran a hacerlo correrían el peligro de quedar petrificadas ante la vacuidad que hay dentro.

En cada uno de los personajes que desfila ante nuestros ojos, nos topamos con una muñeca con un lindo vestido, lindos zapatos y lindo peinado; acomodada dentro de su cajita rosa, con todo y código de barras. Vemos mujeres petrificadas ante el vacío; un vacío profundo, hondo e inabarcable; la dramaturgia de Cantú Toscano  retrata sin piedad a estas mujeres fruto de una sociedad mercantil, materialista y plástica; que viven una pseudo espiritualidad guiada por rituales que han perdido toda vigencia.

En "Barbie girls", los valores pesan, pero no se pueden hacer propios, porque no son compatibles con la vida que aparece en la revista Cosmopolitan, ni en la TV Notas, ni en los comerciales de la televisión, ni en las carteleras del cine; pero se persiguen aunque sean desconocidos como la honestidad y la mesura; o anhelados como la castidad que sirve para tratar de controlar una sexualidad cuya función es llenar un vacío de amor verdadero.

Víctor Isordia hace una acertada puesta en escena y nos presenta un escenario vacío, sólo la caja negra como escenografía y sobre él tres bellas, útiles, portátiles y conocidas cajas de muñecas que no nos dejan olvidar que las protagonistas son mujeres-niñas-muñecas-mercancías.

La actuación de Mariana Cabrera, Marcela Chávez y Kariam Valenzuela es destacada, convincente y llena del encanto que tienen a montones las "Barbie girls"; las tres logran una química exquisita en el escenario, consiguen la transformación de niñas bobas a mujeres perversas y viceversa en el transcurso de la narración. Comunican la tristeza, la estupidez, la perversión y el candor que se requiere para poder pertenecer al mundo plástico y artificioso de una sociedad que ojalá y sólo fuera una ficción.   
  

domingo, 24 de julio de 2011

La mujer que cayó del cielo

Una mujer con ropa rara, unos migras, una lengua muy extraña. Un país que se abraza a sí mismo y se autoproclama paladín de los derechos humanos; es nuestro vecino todopoderoso, a veces "amigo", casi siempre un conocido rico, déspota e intransigente.

Esta historia, escrita por el dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda y dirigida por Ramón Verdugo, nos proporciona un espacio entrañable para reflexionar sobre la terrible realidad de la incomunicación, de nuestra incapacidad de comprender lo que no es como yo; lo ajeno, lo otro.



Decía el filósofo Ortega y Gasset: "yo soy yo y mi circunstancia", en ese contexto cada personaje se nos presenta como un actor que hace lo que considera correcto; nuestra protagonista, una mujer extranjera se topa con unos hombres incapaces para entender lo que dice; además de que no hay ningún interés por hacerlo; porque ella es sólo un alien más: sin nombre, sin nacionalidad: sin identidad. Está en una realidad total y absolutamente extraña a lo que ella es.

La puesta en escena logra recrear una atmósfera que retrata el encierro, la desolación y la desesperanza. Los elementos que la componen son austeros, pero poderosos, los recursos son aprovechados en un grado sumo; la iluminación es casi un personaje, el manejo de la luz y la sombra puede hablarnos del ánimo de lo que sucede sobre el escenario.



La mujer que cayó del cielo es una producción realizada por El Cuarto Colectivo, con el apoyo del Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico de B.C., 2010-11. En ella actúan Véronica Ponce, quien le da voz -de manera magistral y conmovedora- a Rita; Jesús Quintero, representando a Ginger; Cristobal Dearie y Adolfo Madera, le dan voz primero a los policías y posteriormente a los doctores y por último Eduardo Corpus quien además de musicalizar con la guitarra, representa a un amigo; cada uno de ellos le da verosimilitud a la historia.

La temporada en Las Tablas está por concluir, ojalá vayan a verla, ir a ver teatro es una posibilidad de soñar, de imaginar, de jugar. Para más información y reservaciones http://www.tijuanahaceteatro.com/

"El hombre que no sueña se queda pegado a la tierra". V.H. Rascón Banda, La mujer que cayó del cielo.    

viernes, 22 de julio de 2011

Estrenando blog

La Ópera de Tijuana va a estrenar proyecto, este año empezamos el Programa Escolar La Ópera va a la escuela.

La presentación del programa será en septiembre, haremos mucho ruido, queremos que todos los directivos y maestros nos ayuden para que todos los niños conozcan la ópera, que aprendan a entenderla y por qué no, a disfrutarla. Nuestro programa iniciará con un repertorio pequeño pero de mucha calidad que busca llegar al mayor número de los planteles escolares.

La ópera es un género que da para mucho, tiene en sí mismo prácticamente todas las disciplinas artísticas: la música, el teatro, las artes plásticas, la danza y la arquitectura. Es un espectáculo que deleita nuestros sentidos; sus historias tocan casi todo el abanico de los más nobles sentimientos, las más apremiantes y a veces bajas pasiones humanas: el amor y el odio, la fraternidad y el egoismo, la mentira y la honestidad, la avaricia y la generosidad, la soberbia y la humildad,  la lujuria y la continencia, la envidia y la templanza.

El arte es una puerta, si la atravesamos podemos sublimar la violencia, los celos y las traiciones a través de las trágicas historias que la ópera toma de pretexto en sus dramas tan conmovedores; también podemos confrontar nuestra estúpidez riéndonos de las situaciones rídiculas que se nos presentan a través de las óperas bufas o las sátiras cómicas.

Los libretos que se eligen para las óperas  pueden representar en escena y con la más bella música, desde la más dulce escena de amor, hasta el más atroz de los asesinatos.

Amo la ópera por todo lo que me da: su música, los hermosos vestuarios, las maravillosas escenografías, el imponente escenario con sus grandes telones, sus luces y sombras.

La magia del teatro unida a las melódicas voces de cantantes increíbles que alcanzan tonos inimaginables nos pueden llevar a recrear una cantidad infinita de mundos posibles -o imposibles, eso es lo de menos-, a veces muy parecidos a los que ya hemos visitado; pero en otras ocasiones podemos visitar sitios intransitados de nuestra imaginación, y eso es un regalo escencial para el alma de todos.